RECUERDOS DE MI PRIMERA MARATON

Buscando entre mis archivos, he encontrado la crónica que escribí cuando corrí y acabé mi primera Maratón, fue en SAN SEBASTIAN en 2005, en un día de perros. Los 5 que fuimos el pueblo, Iván, José , Toni, Diego y yo fuimos novatos.

MI PRIMERA MARATÓN
Domingo, 27 de Noviembre de 2005, San Sebastián, 9 de la mañana, frío (5º o menos), viento, lluvia………. Quizás uno de los días más felices de mi vida.
A que suena extraño, pues, a esa hora y con esas condiciones más de 2000 “locos” atletas tomábamos la salida en la Maratón de la Bella Easo.
Y entre esos 2000, cinco barbastrenses , Diego(Ballesteros), Iván(Ballabriga), Antonio(Zocar), Toni(Plano) y un servidor, para los cinco, la primera vez que íbamos a realizar la mítica distancia que hizo famosa el soldado griego Filípides en el año 490 a.C., los 42’195 kilómetros.
Todo un reto para el cuerpo humano, acrecentado por las condiciones meteorológicas tan adversas que tuvimos que soportar durante casi 4 horas.
El correr, junto a la hermosa Playa de la Concha que esperábamos fuera una motivación en el duro transcurrir de los kilómetros se convirtió en una agonía por la pertinaz lluvia, acompañada del frío viento que helaba todas las extremidades de nuestro cuerpo cada vez que pasábamos junto a ella.
Cada vez que pasábamos por allí, sólo podíamos escuchar el escalofriante chasquido de las olas al golpear violentamente sobre las rocas, sin casi poder levantar la cabeza para ver la carretera.
Buscamos hacer grupo para protegernos unos a otros del temporal de frío, lluvia y viento, que azotaba en cada vuelta a nuestros cada vez más, maltrechos cuerpos.
Con la única ilusión de ir dejando poco a poco los carteles con los indicadores kilométricos atrás, de ir ganándole terreno a la maratón, de ganarle el pulso a nuestro cuerpo, de no sentir el mazazo virtual del famoso “muro”, del desfallecimiento, de los calambres, de la sensación de no poder más, del principio de hipotermia.
Intentando buscar en la mente imágenes amables, que te ayuden a enviar a las piernas esas ordenes para que puedan seguir impulsando el cuerpo hacia delante, pensar en mi mujer, que está preocupada en el estadio de Anoeta, viendo llegar a cientos, a miles de atletas, muchos de ellos en estados lamentables..
Impresionante la gente en las calles, no paraban de animar a TODOS, te “prohibían” decaer en el ritmo, o que se te pasara por la cabeza el abandonar, contra peor veían a alguien mas le animaban, realmente extraordinario.
Daba igual que fueras doblado, que los primeros te sacaran una hora y media, para esa afición que aguantó estoicamente la lluvia, el frío y el viento, todos éramos unos deportistas a los que rendían pleitesía.
Héroes o locos ……sinceramente, creo que los dos adjetivos vienen a la perfección, pero……….. ¿Por qué pecar de humildes?, ese día TODOS, fuimos unos HEROES , MUY MUY LOCOS, (Bendita locura).
Y qué decir tiene, la multitud de pensamientos, y sensaciones que pasan por tu cabeza cuando tan sólo quedan 3 o 4 kilómetros para llegar a ese precioso estadio de Anoeta, la cantidad de horas que has invertido entrenando, mi mujer (que siempre me acompaña), mi familia, mis compañeros de entreno, toda la ilusión que has puesto en la carrera, la incertidumbre de si tu cuerpo será capaz de soportar tamaño esfuerzo, todo se agolpa en tu cabeza, mientras en cada zancada las piernas protestan un poquito mas.
Cuando tan solo falta un kilómetro para cruzar la línea de meta, ya no sabes que hacer, es un hormigueo en el estómago, me entran ganas de llorar, pero creo que no tengo fuerzas para hacerlo, animo a Diego y a Mamen (una chica con la que fuimos casi toda la carrera, con el apoyo de su marido en bici), sólo pienso:”lo vamos a hacer, vamos a acabar una maratón”.
Y por fin, tras casi 4 horas de sufrimiento, la carne de gallina al entrar por la puerta del estadio y recorrer los últimos 300 metros de mi, de nuestra primera Maratón, agarrarnos de las manos con mis compañeros, cruzar la línea de meta , abrazarnos y mostrar todas las debilidades que ese momento te hace sentir.
Tiritando de frío, abrazo a mis compañeros, se me nubla la vista de la emoción y el corazón se engrandece por poder decir que ya nos hemos ganado el virtual carnet de ATLETA……………. hemos vencido el reto del maratón.
Seguramente , y si la salud acompaña, habrá otras maratones, en las que trataremos de bajar la marca cosechada en esta ,y si la cosa va bien, dentro de unos años me parecerá ridícula esas 3 h 54’10”, pero el recuerdo y las sensaciones de esta primera serán imborrables.
NOVIEMBRE 2005