jueves, 27 de abril de 2017

MADRID MERECERÁ OTRA VISITA. LA 115ª

Dos años después, regresaba a Madrid para correr la media maratón Rock and Roll por segunda vez en mi vida.
La verdad es, que tuve muchas tentaciones de haberme inscrito en "la grande" pero, actualmente no me encuentro ni física ni mentalmente capacitado para afrontarla.
Así que, aunque sea raro, me entró un poco de cordura y me apunté a esos 21097 metros en los que me suelo encontrar tan "cómodo".
A las seis de la mañana del día San Jorge sonó el despertador y tras el aseo personal, salí del hotel a buscar un sitio donde desayunar.
Una vez más, en Madrid a esas horas en las que muchos se van a dormir en dudoso estado, fue toda una odisea encontrar una cafetería abierta por la zona de Colón, Cibeles y Puerta de Alcalá.
Tras una buena "pateada" matutina pude encontrar una cafetería-pastelería que acababa de abrir y pude tomarme mi café con un croissant que me supo a gloria.
Una vez ingerido, regreso a la habitación del hotel a cambiarme.
La temperatura exterior es muy agradable y para la mitad de la mañana dan, las previsiones meteorológicas, más de 25º, así que toca aligerar ropa e ir lo más cómodo posible.
Soy el único corredor del Club que ha bajado a Madrid, así que, al no tener que quedar con nadie, bajo tranquilamente hacia la zona de salida, en la fuente de Cibeles.
Antes de situarme en mi sitio, me acerco a saludar y desear suerte a Vane y Julio que están "enjaulados" en la zona de los élite y de ahí, me voy a mi cajón de salida, el número 3.
Una vez dentro, intento avanzar todo lo que puedo para evitar tener que driblar a muchos corredores cuando den la salida.
Desde ahí contemplo esa espectacular previa que hacen siempre en Madrid, con el salto desde un helicóptero de cuatro paracaidistas con la bandera nacional sobre "nuestras cabezas".
Se acercan ya las nueve de la mañana y comienza a subir el tono de los speakers de la prueba.
Primero saldrán l@s élites de la media maratón, después l@s élites de la maratón y sobre las nueve y cinco, l@s más de 30000 "élites populares" entre las dos pruebas. (los del 10K salieron a las ocho y media).
Pese al bullicio y agobio que hay, busco ese momento de interioridad conmigo mismo, evadirme y centrarme en ese maniático ritual personal previo que estoy seguro que me ayuda.
Llega el momento, suena el pistoletazo y comienza a moverse esa enorme marabunta de corredores.
No me quiero agobiar, porque tengo asumido que va a ser muy complicado avanzar, pero mi idea es, que en cuanto pase la alfombra inicial , ponerme las pilas y "arrear".
Craso error...la idea era esa, la intención también, pero las circunstancias no.
En seguida me empiezo a topar con corredores que van casi al trote, otros que se cruzan y con "murallas humanas" a lo ancho de la calzada que hacen complicadísimo el poder avanzar.
Intento buscar huecos para ir avanzando, pero, en seguida vuelvo a verme frenado casi en seco y debo volver a iniciar la maniobra.
Los seis primeros kilómetros son en subida por toda la Castellana y pese a lo ancho de la calle me está resultando imposible avanzar y ponerme a ritmo.
Sólo diré que el primer kilómetro lo hago en 5'03"...me parece que hoy me van a "pintar bastos".
En el kilómetro cuatro dejamos a la derecha el estadio Santiago Bernabéu donde por la tarde se disputará el clásico de entre los clásicos en el mundo del fútbol...el Madrid-Barça, aunque a mí sinceramente me da bastante igual.
Llego al primer avituallamiento, primer punto de control en el kilómetro cinco de carrera.
El tiempo de paso es de 23'37"...más de dos minutos por encima de lo que pretendía en el inicio, esto va a ser un lastre difícil de salvar.
Me voy escorando al lado izquierdo para recoger el botellín de agua, pero con la gente que hay, una acción tan sencilla se está convirtiendo casi en una "lucha a codazos" merced al tapón humano que se forma.
Consigo cogerlo, beber un poco y continuar el ascenso hasta que alcanzamos el final de la subida de la Castellana e iniciar a continuación el descenso, durante un kilómetro en sentido contrario.
Parece que la carretera ya ha hecho su selección y ahora sí, se puede correr con más espacio y comodidad.
Una vez dejada la Castellana a la altura de Plaza Castilla, cogemos durante dos kilómetros la Calle Bravo Murillo.
Ahora sí, veo que mi reloj está marcando los tiempos que tenía previsto, esos por debajo de 4'20" e incluso alguno (como el 9) por debajo de los 4'10" que me podrían llevar a intentar bajar de los 90'.
Próximo a la Glorieta de Cuatro Caminos está ubicado el kilómetro diez de carrera.
El tiempo de paso es de 44'23" ...para hacerse una idea de cómo ha sido la primera parte de la carrera, el tiempo parcial de este segundo "5000" es de 20'46", casi tres minutos menos que el primero.
Cruzamos de manera transversal la Castellana y nos dirigimos hacia la Plaza República Argentina donde está ubicado el kilómetro once que lo clavo en 4' justos.
Ahora le estoy sacando el "polvo" a mis zapatillas y a mis piernas que estaban anquilosadas desde el inicio de la carrera y me estoy encontrando mucho más cómodo.
A mitad de la elitista Calle Serrano se encuentra la pancarta que indica la separación de las dos distancias que hasta ahora convivíamos.
Los de la maratón se van hacia la derecha y nosotros continuamos recto.
Aplaudo y animo a esos corredores que estaban yendo a mi lado y que ahora se enfrentan a sus siguientes 38 kilómetros en busca de la gloria.
Siento envida sana por ellos, para mí, la maratón es lo más y me hubiera encantado hacerla , pero ,soy consciente de que, a día de hoy, no estaba capacitado de enfrentarme a esa atractiva, sugerente y durísima distancia.
No sé si habrá sido por lo favorable del terreno, por el subidón de los aplausos del público o porqué catajo, pero este kilómetro 14 lo paso en 3'57".
El ambiente en la calle, pese a que durante estos kilómetros vamos solo los de la media maratón, es extraordinario, a consonancia con el magnífico día que ha salido, muy diferente al de hace dos años cuando el tiempo fue desapacible y lluvioso.
Se acerca ya, el punto de control en el kilómetro quince, en el comienzo de Príncipe de Vergara.
Lo paso en un tiempo total de 1h 05' 20" y parcial de 21'33"...
Estoy yendo muy bien, recuperando a "mordiscos" tiempo , y con mi cabeza centrada únicamente en ser "sub 90'" una vez más.

Pero, en un "flash" mental me viene una frase, un "no fuerces" que me hace aflojar un poco y tomármelo con más calma...quiero seguir corriendo, disfrutando y volviendo a Madrid.
En la Avenida Menéndez Pelayo, está el kilómetro 16, nuevo avituallamiento y ahí recojo un gel de Biofrutal de mi amigo Marcos que me tomo con toda la calma del mundo.
Es un lujo y un orgullo ver cómo una empresa familiar y de Binaced se ha convertido en patrocinador oficial de un evento tan grande como es la Maratón de Madrid...¡chapeau por el gran trabajo a Marcos y a Susana!.
Aflojo el ritmo, me lo tomo acompañándolo de agua, y recuerdo que, dentro de poco , van a venir dos kilómetros de esos de "agárrate y no te menees" bordeando el Parque del Retiro.
Giro a la derecha hacia la Calle Alfonso XII y veo ante mí, cómo se empina la carretera sin alcanzar mi vista ver el final de la misma.
Toca respirar hondo, agachar la vista e ir poco a poco ganando metros a la carrera en búsqueda, en primer lugar de la Puerta de Alcalá que aparece majestuosa al fondo de la calle.
Irremisiblemente y un año más me viene a la cabeza y tarareo para mí, la canción de Víctor Manuel y Ana Belén..."ahí está. ahí está, viendo pasar el tiempo..."
Durante estos dos últimos kilómetros está ayudando muchísimo los ánimos de un apasionado público que está llenando las calles de Madrid por todo el recorrido, haciendo que el esfuerzo sea gratamente recompensado.
Llego a la altura de ese primer arco de triunfo construido en Europa tras la caída del Imperio Romano y giro a la derecha para seguir ascendiendo por la Calle de Alcalá y alcanzar el kilómetro 20.
Se me están haciendo muy duros estos dos kilómetros y mi mirada se centra en esa curva humana que se forma a la entrada del Parque del Retiro y que me ha llevar de manera descendente hasta la línea de meta.
Giro, de nuevo a la derecha y entro en el Parque, ahora sí que ya está hecho.
Miro mi reloj y veo que, a pesar de esos siete primeros frustrantes kilómetros imposibles para correr con comodidad y estos dos últimos tan duros en subida, me va a salir una marca bastante digna.
Estoy corriendo con facilidad, tranquilidad y sobretodo, disfrutando del ambientazo de esos últimos metros antes de cruzar la línea de meta.
Finalizo mi 115ª media maratón en el puesto 385º de la general (de 12122 llegados) con un tiempo de 1h 31' 35" (a 4'18" de media) y siendo recibido a "porta gayola" por Susana y Marcos de Biofrutal que inmortalizan ese momento.
A ellos sólo les puedo decir...¡¡¡Gracias por todo!!!.
Mi marca podría haber sido mejor sí, pero, hubo un momento en el que ese angelito bueno que tenemos "revoloteando" por la cabeza activó, este vez, el botón de la "cordura" y decidió que no iba a forzar más.
Madrid enamora y quiero volver a venir a DISFRUTAR.
Mientras, seguiremos en la lucha.
"Nunca te des por vencido, las grandes cosas llevan su tiempo"











domingo, 16 de abril de 2017

AGRADECIDO Y EMOCIONADO

Recibiendo el premio de manos de Santos Larroya
Vicepresidente de la Comarca del Somontano
Así, como cantaba la entrañable actriz Lina Morgan, me sentí el pasado viernes siete de abril en la XXI GALA DEL DEPORTE BARBASTRENSE.
Uno, que nunca en su infancia y juventud destacó en nada, y menos en el deporte, recibe un premio por parte del Patronato Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Barbastro por la Trayectoria Deportiva, merced, principalmente, a esas más de 100 medias maratones que llevo en mis piernas.
Si lo viera el Padre Luis Domeño, que en la EGB y en el mítico campo de los Escolapios nos tenía que "azuzar" a los gorditos rezagados con una vara, cuando nos tocaba correr en la clase de Educación Física, se echaría las manos a la cabeza.
No sé si esta distinción será merecida o no, estoy seguro que habrá otras personas que lo puedan merecer más que yo, pero para mí, ha supuesto una enorme ilusión recibirla y, sobretodo, me ha hecho volver a confiar y creer que a veces,por encima de otras cualidades, con trabajo, perseverancia y cariño uno puede conseguir todo aquello que se proponga aunque pueda parecer imposible.
Junto al grandísimo JOSE MARÍA CHELIZ
Además, tuve la enorme satisfacción de recibirlo junto a una de las personas que más admiro y respeto y que conocí gracias a esta afición por el mundillo "de esto del correr"...Don José María Chéliz.
Y esta admiración viene porque con sus 76 años sigue manteniendo la misma ilusión por las carreras y la misma disciplina en los entrenamientos que un juvenil y, sobretodo, una personalidad llena de calidad humana , educación y saber estar que uno quisiera imitar como si de un espejo se tratara.
Compartir ese momento a su lado fue el mejor colofón a un día muy especial y casi completo para un "populacho" del montón como yo.
Esta bonita "palmada en la espalda" me ha dado un buen empujón moral y hacerme volver a creer que, igual es posible que haga y consiga más el que quiere que el que puede...ojalá sea así.
Gracias de corazón a aquellos que pusieron mi nombre encima de la mesa y decidieron que era merecedor de este reconocimiento.

"Nunca tires la toalla, sólo, úsala para secarte el sudor y seguir hacia adelante"
Foto de grupo de todos los galardonados en la XXI GALA DEL DEPORTE