martes, 22 de mayo de 2018

ALICANTE, MI PRIMER CAMPEONATO DE EUROPA DE MEDIA MARATÓN MASTER

Para uno que intenta tener ,casi todo, "controlado", que se me pasara totalmente por alto la información de esta prueba no tiene perdón.
En mi descargo diré que, son tantos los frentes abiertos, los fuegos a apagar y los favores y "quedabienes" a hacer que, por momentos, descuido mis intereses y las cosas que de verdad yo quiero hacer y ser...no aprenderé.
Una semana antes, y de rebote, vi la información del Campeonato de Europa de media maratón máster que se iba a celebrar en Alicante este segundo fin de semana de mayo.
Se me aceleró el pulso en un momento por la emoción,pero cuando leí que, el plazo para el cierre de inscripciones había finalizado el 30 de abril, me entró "la bajona".
Tuve que mover mis "hilos" y mi diplomacia y, gracias al responsable de los veteranos de la RFEA, Fernando Marquina, pude entrar en el listado de participantes.
Para un "popular" como yo, poder participar de manera oficial en un Campeonato de Europa de media maratón con los colores de la selección española supone una satisfacción y un orgullo enorme.
El sábado por la mañana, tras llegar al hotel, nos trasladamos hacia el centro comercial Panoramis, donde estaba ubicado el centro de información y logística de la prueba.
 Allí recogí el dorsal, la medalla conmemorativa de los campeonatos (que guardaré con mucho cariño para mi "museo" personal") y la equipación de la selección nacional.
Hasta ese momento había estado más o menos tranquilo, pero, una vez realizado todo ese trámite, sentí cómo los nervios empezaban a despertarse en el estómago.
Domingo, 20 de mayo, 6:15 de la mañana, suena el despertador.
Echo pies al suelo, me cambio y poco antes de las siete de la mañana aparezco como primer cliente en el comedor del hotel para desayunar.
Me he levantado con hambre y con mucha sed, tanta que me bebo hasta tres vasos de zumo de naranja...esto no sé si es buena o mala señal...luego lo sabré.
Subo de nuevo a la habitación ya, para vestirme de corto.
Esta vez, cuando me enfundo la camiseta nacional y me ajusto los dorsales (uno por cada lado), siento que en mi estómago hay "algo" especial...diferente...como si fuera la primera vez que voy a correr una media maratón.
Verme en el espejo del ascensor vestido así, a mi, me emociona, y más, en los tiempos que estamos viviendo.
Siempre me he considerado muy corporativo en aquello en lo que me involucro, y he llevado con orgullo los colores que en cada momento de mi vida he representado .
Mis dos primeras medias maratones las hice con la camiseta de la Peña Ferranca, las 123 siguientes, una vez siendo socio del club, con todas aquellas equipaciones que hemos tenido durante todos estos años y la 126, con la de la española.
La verdad es que no puedo entender quien, perteneciendo a una asociación, club en este caso, lleve en competiciones, y adrede, otras camisetas que no sean la del suyo.
En fin, vuelvo a lo que nos concierne y da más alegría.
Hemos quedado con Mireia y Sergio en la estatua de "La mariposa" (del artista Manolo Valdés) que hay en el Paseo de la Explanada de España., donde coincidimos con el fragatino José Manuel Segurado y también con mi amigo Albert Caballero.
Vamos a trotar un poco por el paseo para "despertar" a las piernas y ver las sensaciones...
Ha salido una mañana con una temperatura excelente, sin aire, sin sol ,a priori, aunque eso sí, estando ahí al lado del mar, con mucha humedad.
Cuando paramos de trotar y nos dirigimos hacia la cámara de llamadas siento que, estoy sudando más de lo que debiera y eso no es buena señal.
Entramos ya en el mogollón y aunque la avenida es ancha, estamos todos apretujados como sardinas en lata y eso hace que la sensación de calor y agobio se multiplique.
Miro a todos lados y siento que hoy es un día, una carrera diferente a las demás.
Las camisetas de la selección española son las que más abundan (obvio) pero hay much@s portugueses, alemanes, franceses, italianos, ucranianos, rumanos, eslovacos y llama la atención la gran presencia de suizos que se hacen notar con banderas y cencerros.
Aquí no hay música ambiente motivadora a "todo trapo", ni confetis, ni un "speaker" pidiendo palmadas, ni los brazos arriba, ni nada por el estilo....esto es una competición oficial y todo está escrupulosamente controlado.
Nos cantan la cuenta atrás, pistoletazo y ¡a correr!.
Y cuando digo correr es correr, porque aquí el nivel es altísimo.
Uno se las prometía muy felices al leer en el reglamento que el desnivel máximo de la prueba era de tan solo 32 metros, pero algunos comentarios previos por parte de otros corredores de la zona y, sobretodo, el "patear" en primera persona el terreno ya me hace ver que aquello llano, llano no va a ser.
Esos primeros, casi tres kilómetros, son en subida, hasta llegar a la Avenida Aguilera en la que llega un tramo favorable.
El primer kilómetro lo he pasado en 4'07", pero el segundo se me va a 4'30".
Me está costando encontrar un ritmo cómodo y me resulta imposible "engancharme" a ningún corredor o grupo que pase por mi lado.
Paso la Glorieta de la Estrella y llego a la Avenida Maisonnave donde hay un giro de 180º que nos lleva al primer avituallamiento, situado en el kilómetro cinco de carrera. (tiempo de paso, 21'27").
Cojo el botellín de agua y siento ya, necesidad de beber.
Estoy sudando mucho, tengo las piernas pesadas y no encuentro en ningún momento el punto para ir cómodo.
En ese giro he podido ver y animar a Albert, Sergio y Mireia que están persiguiendo un puesto importante a nivel europeo y, por qué no, una "chapa".
Giramos hacia la estación de Renfe para enlazar con la Avenida Alfonso X el Sabio.
Estos dos kilómetros parece que "respiro" un poco, poniéndome a 4'17", pero, camino del "7", con
otra subida al lado del Mercado central en dirección a la plaza de toros, me vuelvo a bloquear para irme a 4'36".
Intento gestionarlo lo mejor que puedo para encarar ahora la calle San Vicente y la Rambla Méndez Núñez en terreno más favorable.
Paso por delante del ayuntamiento y tras otro pequeño repecho salgo hacia la Avenida Villajoyosa, donde hay un nuevo avituallamiento.
Vuelvo a coger agua y a beber...lo necesito, estoy empapado y eso no marca nada bueno.
Podría sonar "idílico" si dijera que esos dos kilómetros siguientes venían acompañados del paisaje del inmenso mar Mediterráneo a nuestro lado, pero , la cruda realidad es que están resultando tediosos, largos y muy pesados.
Llego al "10" en un tiempo de 43'20".
El tiempo no es malo en general, pero las sensaciones sí lo son, y tras el paso por contra meta sé que van a volver a llegar esos casi tres kilómetros en subida que me van a acabar de "apuntillar", sino cambia mucho la cosa.
Al paso por el arco de salida previo, dan esponjas húmedas.
Cojo una, me la paso por la cara, por el cuello y la "estrujo" sobre mi gorra para que, con el agua restante,  me empape un poco a ver si me despeja la mente.
Nada, sólo ilusiones.
Sigo sin encontrar el punto y sufro, durante esos dos kilómetros, como hacía tiempo que no recordaba.
En la bajada por la Avenida Aguilera camino de los kilómetros catorce y quince recupero un poco de aliento pero no consigo bajar de los 4'25", y esto saca visos de no mejorar.
Las piernas no van y esa sensación hace que me bloquee por completo.
En el giro de 180º que lleva al 15 me alcanzan un grupo de cuatro corredores españoles y un alemán a los que consigo "agarrarme" un poco, pero nada, es sólo un espejismo, unos cuantos metros y me vuelvo a quedar.
Llego al avituallamiento del kilómetro 15 (1h 06' 00"), saco un gel Biofrutal y cojo el botellín de agua.
En la subida que lleva hacia la estación de ferrocarril decido aminorar el ritmo para tomármelo entero (gel y botellín) a ver si eso me ayuda a estimular un poco.
Nada, no hay manera, los milagros a Lourdes.
En ese kilómetro más favorable no consigo ya, ni siquiera bajar de los 4'30"...¡qué lástima!....
No es por nada, sé que no soy un "pro", sólo soy un mediocre corredor popular, pero, tenía mucha ilusión por hacer una carrera más digna vistiendo estos colores y hoy no está siendo mi día.
Hubiera cambiado cualquier otra marca y sobretodo, sensaciones, de otra carrera por haberla podido hacer y sentir aquí.
Llego al 18, al lado del ayuntamiento, donde me espera la manita de Paula abierta para chocarme y a la que tengo que decirle un...."¡qué justito voy Pauli!"
Ahora sólo pienso en que no debo "torturarme" más ni física ni animicamente porque la cosa no va a mejorar, y quizás, si, a empeorar.
El objetivo es ya sólo, acabar esta carrera por pura casta y orgullo personal.
Salgo de nuevo a la Avenida Villajoyosa para buscar ya esos últimos dos mil metros.
Veo, con sorpresa al otro lado pasar a Mireia que iba para medalla en su categoría y ha tenido que parar por un flato y un pinchazo en el gemelo....esto es así.
Hago el último giro de 180º en el paseo y voy en búsqueda del kilómetro 20.
Miro mi reloj y veo que marca 1h 28' 57"....algo así es lo que yo hubiera deseado para un día como hoy, pero....
Tras pasar la Plaza Puerta del Mar con su imponente barco, "La perla negra" en el centro, me indican ya, la entrada hacia el paseo peatonal que me va a llevar a la línea de meta.
Echo una rápida mirada a mi reloj y visto lo visto, voy a intentar apretar lo máximo para, por lo menos, dejar el crono por debajo de la 1h 34'.
Esta "carrocería y motor" no dan para más y cruzo mi 126 línea de meta de media maratón en un tiempo de 1h 33' 57". (42º clasificado europeo de mi categoría M40)
No ha sido ni la marca que esperaba ni mucho menos las sensaciones tan malas que he tenido desde prácticamente el kilómetro uno de carrera, pero...no queda otra que asumirlo, a fin de cuentas, como decía antes, sólo soy un "popular".
Todo ese regusto amargo que he tenido a lo largo de la prueba, se me borra de un plumazo cuando pienso que, por primera vez en mi vida, he corrido, de manera oficial, un Campeonato de Europa de media maratón con la selección española...y a mí eso...me llena y mucho.
Espero que esta no sea la última vez que vista estos colores y que la siguiente sea en septiembre en el mundial de Málaga.
Ahí sí que me gustaría poder presentarme con mejores garantías.
Ganas e ilusión seguro que no me faltarán...piernas y fuerza...veremos...

"Ningún soñador es pequeño y ningún sueño es demasiado grande".

(*) Gracias a las fotos de Mariví y de la familia Segurado-Horta.