martes, 20 de diciembre de 2016

LA 111ª, EN TARRAGONA Y A LA SEGUNDA

Hasta Tarragona bajamos seis compañeros del Club a disputar la 25ª edición de su media maratón.
Prueba que debía haberse celebrado el último domingo de noviembre, pero que tuvo que ser, acertadamente, suspendida por una impresionante tormenta que dejó en pocos minutos anegadas de agua todas las calles de la ciudad.
La organización actuó, a mi entender y sabiendo de lo complicado que son estas cosas , con gran celeridad y profesionalidad, anunciando unos días después , que la prueba se volvería a realizar antes de final de año.
Tuve la "fortuna" que decidieron ponerla el único festivo de todo el mes de Diciembre que libraba en el trabajo, así que, volvimos a repetir viaje con los compañeros.
Enrique, Pablo, Miguel Angel, Laura, mi tocayo estadillano Fernando y yo llegamos puntualmente a las 7 de la mañana al club para iniciar nuestro segundo viaje en 20 días hasta tierras tarraconenses.
En un par de horitas estábamos ya en la zona polideportiva, con tiempo más que suficiente como para tomarnos un café con calma y comentar  las futuras pretensiones para el próximo año.
Estos "chavales" que me acompañan son realmente insaciables, y escucharles te hacen contagiar algo de ilusión.
Hoy, ha salido un día fresquito y con algo de viento, pero , por lo menos soleado y sin peligrosas nubes acechando desde el cielo.
Nos cambiamos y nos apresuramos a dirigirnos a la zona de salida junto a otros 1500 corredores que van a disputar la media maratón o el 10K.
Fernando, Pablo y Enrique se adelantan para aproximarse al guía de la 1h 30', Laura y Miguel se quedan un poco más atrás donde el de la 1h 40' y yo, me quedo ahí . en medio, en tierra de nadie porque , a día de hoy, no estoy nada convencido de cómo voy a responder ante tantos kilómetros.
No he dormido bien y me encuentro bastante bloqueado física y mentalmente, así que, prefiero correr solo , por sensaciones y sin ningún tipo de presión añadida.
Diez en punto de la mañana, se da la salida y arrancamos desde la Calle Vidal Barraquer.
Se sale muy rápido, y aunque uno no quiera, se deja llevar por ese ímpetu de la masa, aún a sabiendas de que esto va a ser temporal.
El primer kilómetro lo paso en 4'06".
En ese punto se gira a la derecha para ir durante otro kilómetro por el Muelle de los Pescadores.
Los siguientes kilómetros se hacen por el centro de la ciudad, con continuos "sube-bajas" que son bastante rompepiernas y que no permiten correr con gran regularidad.
A pesar de ello, sigo manteniendo ritmos constantes que no superan los 4'15" el kilómetro, pasando el 5 en mitad del larguísimo tramo de la Carretera de Valencia en 20' 53".
Regresamos de nuevo, hacia la zona centro y al entorno de la salida y meta, donde poco antes de llegar al kilómetro 9 se separan las dos carreras, quedándonos ya solos los de la media maratón.
Del 9 al 10 la carretera se empina en dirección a la Rambla Nova.
Esto, añadido al aire que nos da de frente hace que baje el ritmo considerablemente.
El 10 está justo en el giro de la rambla para iniciar la bajada por el lado opuesto.
Este kilómetro se ha hecho bastante duro, y el tiempo parcial se ha ido a 4'33", aunque, global y sorpresivamente sigo en ritmos para rondar la "horatreinta".
Cuando inicio la bajada y alargo zancada (dentro de lo que este castigado cuerpo me permite), me vuelve a aparecer la molestia en la pierna izquierda, esa que hace que se quede medio bloqueada y que sienta que voy como un pato.
Aminoro un poco para intentar que poco a poco vaya remitiendo como otras veces.
Lo favorable del trazado ahora , junto a esa experiencia que da el que no sea la primera vez que me pasa hace que poco a poco vaya desapareciendo.
En el 11, pasamos junto al Anfiteatro romano de Tarragona, lugar desde donde antes salía la carrera.
Ver esas calles y esa zona hace que, inevitablemente, me vengan a la cabeza recuerdos de la primera vez que hice esta media, allá por el 2004, donde bajé por segunda vez en mi vida de esa barrera de los 90' con la presencia de mi prima Silvia viendo la carrera y esperándome allí en meta.
Será ya la edad o vete a saber qué, pero a uno le afloran recuerdos y sentimientos que hacen que se le encoja el estómago con "pequeñas" cosas y recuerdos.
Pasamos, de nuevo, cerca de la zona de salida/meta y nos dirigimos hacia la segunda parte de la prueba, saliendo al Paseo Marítimo donde vamos a hacer, para mí, los kilómetros más atractivos de la prueba y los que le dan mayor encanto.
Pasamos un túnel y salimos de nuevo de cara al mar, aunque esta vez, en lugar de girar a la derecha, lo hacemos a la izquierda para dirigirnos durante dos kilómetros de ida hasta prácticamente la Punta del Miracle.
Van a ser muchos kilómetros en los que nos vamos a cruzar, primero, a los de cabeza de carrera y más tarde a los que vienen por detrás, por lo que van a ser momentos muy distraídos para la mente.
Veo y animo primero a mis compañeros Fernando, Pablo y Enrique que van por delante (menudo carrerón que hicieron), y más tarde a Miguel y Laura que en esos momentos van juntos haciendo una sensacional carrera muy cerquita del guía de la "horacuarenta".
La visión espectacular del mar, el sonido constante de las olas y ese horizonte infinito hacen que, aunque sea por unos minutos, mi cabeza se evada de la carrera y casi diría que hasta de este mundo de locos.
Tanta es esa relajación e "ida de cabeza" que el kilómetro 13 al 14 aún siendo favorable en el terreno y con viento a favor me voy a los 4'49".
Bajo un puente, hacemos un giro de 180º para regresar "por donde hemos venido" , pegaditos al mar a hacer los siguientes cinco kilómetros de carrera.
Kilómetros en los que vamos a pasar junto al Club Náutico y los muelles de Aragón y de Levante, teniendo a nuestra izquierda la espectacular estampa de un mediterráneo bastante revuelto.
Poco antes de llegar al Club Náutico doy alcance a un corredor de Tremp (el charcutero de Tremp me dice que es) que me reconoce y con el que voy a compartir carrera y conversación durante un par de kilómetros más hasta que mis piernas dicen basta y he de descolgarme de su lado.
Paso el kilómetro 17 y veo al otro lado del carril el cartel del 18.
Por tanto, sé la distancia que me queda para llegar a un nuevo giro de 180º y encarar ya, esos últimos tres kilómetros para meta.
Lo malo llega, tras ese giro.
El viento, que hasta ese momento lo habíamos llevado "de cola", ahora nos llega de frente, con la consiguiente molestia que supone el tener que pelear, además del cansancio, con ese aire que te va frenando.
Me pego lo más que puedo al muro bajo que hay a la izquierda buscando la máxima protección posible y alcanzo el kilómetro 18.
Miro el reloj y veo que llevo 1h 17' 16" de carrera.
Un rápido y lógico cálculo mental me dice que voy a estar rozando la "horatreinta", pero a mi ya no me queda nada más en las piernas ni en la cabeza para dar.
Llego al 19, todavía al lado del mar, vuelvo a mirar el reloj...1h 21' 40"...¡qué cerca va a estar!.
Giro a la izquierda y vuelvo a pasar por debajo del túnel, donde a la salida está ubicado el kilómetro 20...
1h 25' 54"....va a ser imposible, y va a ser por pocos segundos.
Encaro ya el último kilómetro intentando echar algún resto que me quede, pero siento que los segundos van más rápidos que mis piernas y ante eso, nada voy a poder hacer.
Paso el primer arco antes del final y veo al fondo, tras la llegada, al buen amigo Enrique que me espera.
Arribo ya a meta.
Cruzo el arco final de mi 111ª Media Maratón en el puesto 138º de la general (de más de 1000 corredores) con un tiempo de 1h 30' 19".
Aunque me queda ese sabor "amargo" de haberme quedado tan cerca de volver a bajar de los 90', sé que tengo que estar más que satisfecho del rendimiento que he sacado de mi cuerpo y de mi cabeza un día como hoy.
Me santiguo , beso aquello que sé que me sigue protegiendo y me fundo en un abrazo con Enrique, al que le agradezco profundamente esa muestra de respeto, compañerismo y cariño que siempre tiene.
Hoy, me ha costado muchísimo ponerme en la línea de salida y afrontar un esfuerzo así, pero, necesitaba evadirme, romper a sudar, sufrir, ver el mar y escuchar y sentir las ilusiones de mis compañeros de viaje a los que debo agradecer su compañía y su afecto.
Con esta media doy por finalizado mi año en lo que a competiciones se refiere.
A partir de ahora, veré por dónde van los tiros.
"El éxito tiene una simple fórmula..da lo mejor de ti y puede que a alguien le guste" .- Sam Ewing