miércoles, 19 de mayo de 2010

CRONICA DE MI SEGUNDA MARATON - VALENCIA- 18 DE FEBRERO DE 2007

Como me faltaba una, dejo aquí , la crónica que escribí cuando finalicé mi segunda maratón, en Valencia , el 18 de febrero de 2007.
En ese momento todavía no sabíamos que dentro de la tripita de Silvia, ya había un "garbancito" que se llamaría Paula.

MARATON DE VALENCIA (La segunda)
18 de Febrero de 2007

Es muy complicado poder contar en pocas líneas las sensaciones y emociones que produce, el antes, durante y después de una maratón.
Sin llevar una preparación específica, los días, las semanas previas, surgen dudas por el estado físico, si el organismo será capaz de superar y asimilar semejante esfuerzo.
El mínimo dolor puede suponer que se tambalee toda la preparación de la carrera, son días que el estado mental es fundamental, se está, podríamos decir......ausente, tenso, con ganas de que den el pistoletazo de salida y arrancar a correr.
¿Cómo explicar a tu regreso a los "profanos" en el tema, tu tiempo, tu posición y lo orgullosos qu estás?.....es dificil decir que has quedado el 1020 de 3000 y que eres el hombre más feliz del mundo.
Por eso, a veces, prefiero refugiarme en los que saben y valoran cada carrera, cada marca personal, que salen a correr cuando llueve, con la niebla, con el seco frío del Somontano, con el bochornoso calor del verano y que conocen el esfuerzo y constancia que requiere esto.
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Llegamos a la ciudad de Valencia, el viernes por la tarde/noche, quedándonos hospedados en el Hotel Villareal.
El sábado por la mañana nos trasladamos hasta el Hotel NH Center, donde estaba la feria del corredor y donde se realizaba la entrega de dorsales y de chips para la carrera.
Muchísimo ajetreo de personal, la mayoria con rostros afilados y a punto para el reto del día siguiente, mezclados con los escuálidos cuerpos de los atletas keniatas, etíopes y marroquís que por allí se dejaban ver y que seguro que al dia siguiente ocuparían los primeros puestos de la carrera.
Sobre las dos y media nos trasladamos a la comida de la pasta que nos ofrecía la organización y después al hotel a echar una cabecita.
Más tarde, en compañía de Yolanda, nos fuimos a dar una vuelta por el centro de Valencia y a cenar de tapas por el centro...la tensión y los nervios los tenía a flor de piel.
11 de la noche, ya me acostaba, quería que llegara cuanto antes la hora de la carrera.
Domingo 18:
6:15 de la mañana, me levanto, desayuno algo nada deportivo (un croissant, una ensaimada de chocolate, intercalando aquarius), nunca pruebo cosas nuevas a última hora.
7:00 de la mañana y para no molestar en la habitación, decido irme hacia al lugar de salida, cojo el metro que me deja cerca de la Avenida Pio Baroja, al lado del Carrefour, donde se dará la salida.
Me tomo en el bar del centro comercial un café doble, rodeado de atletas que quieren cumplir su sueño en esta maratón, unos acabarla y otros, mejorar su marca.
8:15 de la mañana, he quedado con el compañero Chema, para hablar y calentar, me presenta a su cuadrilla y vamos a trotar un poquito, hace fresquito y sopla un poco el aire, aunque mucho menos que el año anterior, según me dicen los que la corrieron.
Que ganas tenemos de que empiece el festival.
8:45, el "speaker" no para de anunciarnos lo que queda, la "burrada" que vamos a hacer, la verdad que infunde ánimos y dá al momento la tensión e importancia que tiene para esos 3000 "locos" que nos íbamos a lanzar a acabar los míticos 42,195 kilómetros.
8:50. Me despido con un abrazo de Chema, él quiere hacer sobre 3h15', no para de intentar convencerme de que "valgo" 3h30', casi, con sus palabras me "obliga" a hacer esa marca.
8:59 . Ruge el "speaker", la cuenta atrás, los aplausos de los atletas contagian al numeroso público que se da cita en la salida.
9:00 ¡¡¡¡POR FIN!!!, el pistoletazo, una ovación tremenda nos despide, es público y atletas unidos dando ánimos.
Me había puesto a una distancia prudencial del práctico de 3h30', pero este sale "zumbando bareta" hacia delante y decido pasar de él y ponerme a mi ritmo, quiero disfrutar esos momentos y centrarme en mi carrera.
Comienzan a pasar los primeros kilómetros y mi reloj no miente, la media viene siendo de 5'02"/km, no está nada mal, aunque me da miedo, quizás es demasiado rápido el ritmo,
Sobre el kilómetro 7, me uno a un señor de allí , de Valencia que estaba en mis mismas circunstancias, era su segunda "grande" , la anterior había hecho 3h54' y en esta quería bajar de 3h 30', así que decidimos "pactar" e ir juntos hasta donde cada uno pudiera.
Me va genial, porque además de llevar un ritmo constante, me sirve de guía de la ciudad, mostrándome los edificios más emblemáticos de la misma, por supuesto le invito a que un año se venga a correr la Media de Barbastro.
Llegamos al kilómetro 13, y ahí nos vamos a adentrar en un túnel subterráneo, miro hacia arriba y veo a Silvia que está ahí viendo la carrera con Yolanda.
Aplausos, ánimos besos al aire.....me dá tranquilidad y felicidad verla allí y pienso en gritarle que en ese momento "sólo" me quedaba subir a Graus.
Sólo dos repechitos en la carrera, a las salidas de los dos subterráneos que pasamos, que no hacen mella en nuestras piernas.
Seguimos pasando kilómetros y mirando el reloj veo que la cosa va muy bien, mantenemos la media de 5'/km y me siento muy cómodo.
Llegamos a la Media Maratón, 1h44'21", es el tiempo oficial de paso, el real nuestro 1h43', es magnífico, estamos bastante por debajo de las 3h30', pero en una carrera así la cabeza puede ser un 80% del resultado y nunca sabes cuando te puede flaquear.
Además, la distancia de los 21097 metros, la Media, la tengo muy bien calculada, así que, todo lo que venga a partir de ahora es nuevo y por tanto, me merece mucho respeto.
Sobre el kilómetro 25, mi compañero hasta entonces, decide parar a hacer sus necesidades y me conmina a que tire hacia delante, dudo, porque su compañía y su ritmo era muy agradable, pero por otro lado, piens que debo hacer mi carrera, así que continúo a lo mío.
Mentalmente, esta "soledad" la pago durante los kilómetros siguientes, y no es que pegara el "tío del mazo", sino que me siento en cierta forma, desprotegido.
Lo dicho, las sensaciones y emociones que se viven en una carrera así, son tan extraordinarias, que te hacen volver vulnerable cuando abandonas la compañía de un desconocido que te había acompañado durante unos 20 kilómetros.
Llego al kilómetro 30 (2h27'56", tiempo real), me tomo mi segunda ampolla de glucosa (la priemra fue en la media maratón), cojo un bidón de bebida isotónica y me meto en un grupito para que "me lleven" un poco,
Automáticamente, me recupero, me vengo arriba y me pongo otra vez a tirar, abandono el grupo en el que estaba y llego a la altura del conquense Pedro Espada (al que le "vendí" el dorsal del amigo Pepe, que no pudo acudira a la cita), está fundido, le acompaño unos 5 kilómetros y en el 35, en el avituallamiento, me dice que tire, que no puede, me despido de él y sigo hacia delante.
Ahora estamos bordeando el Museo de las Artes y las Ciencias, es grandioso y espectacular, mi compañero inicial, me dijo que en el km.36, nos metían ya en el cauce del río y ya no lo abandonábamos hasta meta, que allí no pegaba el aire y que la gente te llevaba en volandas.
Así es, unos voluntarios nos indican el desvío al cauce, justo a los pies del impresionante complejo de las Artes y las Ciencias, una pequeña bajada, curva a la derecha y allí está el km.36.
Me noto fuerte, los últimos kilómetros tras la crisis del 25 al 30, voy por debajo de 5'/km, "miro" a mis piernas y estas "me dicen" que tire, que por ellas no hay problema, así que decido apretar.
Paso el 37, y delante de mí, a unos 100 metros, veo al práctico de 3h30', le pongo un virtual punto de mira y me decido a cazarle.
Sobre el 38, alcanzo al pequeño grupo que puede seguir al guía, habiendo dejado por el camino multitud de "víctimas" del, para mí, excesivo ritmo impuesto por él, durante los kilómetros anteriores.
Me voy haciendo hueco en el grupo, hasta que me pongo a su vera, voy muy alegre en el ritmo, las piernas me responden y mi cabeza va loca.
La verdad es que la animación de grupos, dulzaineros, gaiteros, batucadas, asociaciones falleras, megafonía con bandas sonoras de películas bélicas, grupos de rock y sobre todo, de la gente a lo largo del recorrido fue sensaciona, pero en estos últimos 6 kilómetros en el que se iba por un carril estrechito era espectacular.
Llegamos al kilómetro 40 y una vez "chequeado" mi cuerpo y viendo que todo está perfecto, decido, y utilizando un simil ciclista, "bajar un piñón" e irme del grupo del guía de 3h30'.
Solo hago que adelantar atletas, muchos de ellos andando, víctimas de tirones o que están atravesando su particular "muro", es que suele aparecer en un momento determinado cuando tu cuerpo y tu cabeza dicen basta.
Paso bajo un puente, curva a la izquierda y otra en seguida a la derecha, y ahí está el 41, joer, voy como un tiro y ya solo me queda un último 1000.
Estoy bordeando el Estadio del Turia, lugar donde acaba la carrera, oigo el gentío, la megafonía, la gente de los lados del carril que no cesan de jalear a TODOS los que allí nos estamos dejando todo para llegar.
Curva a la derecha, una recta más, estoy a punto de entrar, me crezco, voy muy fuerte.
Otra curva a la derecha, y parece que veo la luz, por fin, piso el sintético azul de la pista de atletismo, que gozada!.
Las gradas a rebosar, los gritos de la gente estremecedores, se me pone la carne de gallina, miro a las gradas, en busca de Silvia, la quiero ver, quiero que vea que llego bien, que estoy bien.
Un poco antes de la curva del último 100, está la pancarta del kilómetro 42.......qué bonito, que ganas de verte!.
Me crezco mas, adelanto a un grupo de 4 ó 5 atletas, quiero ser egoísta y orgulloso, quiero la foto de la llegada yo solo, vivir ese momento mágico, el de la soledad de un corredor de fondo cumpliendo su objetivo.
Miro el arco de llegada y es como si mirara cara a cara a la DIOSA MARATON, y le dijera: "TE HE VENCIDO!".
Ya sólo me faltan 50 metros....me presigno tres veces, siempre le pido para que me ayude a acabar bien y que no pase nada y de momento................nunca me ha fallado.
Y........................por fin, levanto los brazos y cruzo la meta: 3h28'02" tiempo oficial, 3h27'19" tiempo real.
Me apoyo sobre mis rodillas, y me emociono, se me nubla la vista, joer, "que grande eres" me digo a mi mismo.
Nuevo chequeo a mi cuerpo y ceo que todas mis funciones, tanto motrices como mentales están intactas, como si fuera un buen oficial en un ejército les felicito a todos.
Ahora, vuelvo a mirar a la grada, y ......YA ESTÁ, ya te he localizado, allí estás sentada, ya estoy tranquilo y tú.....también.
Me ves feliz, muy feliz y yo a ti también.
No sé si podré agradecerte lo suficiente tus esperas y tu paciencia conmigo, pero sabes lo que esto me llena.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS
Tras recoger la bolsa, salimos del recinto para recibir el calor de los nuestros, una reconfortante ducha, donde coincido con mi primer compañero en la carrera y después a apretarnos una paella bien merecida.
MARATÓN, TE SIGO TENIENDO UN RESPETO TREMENDO, PERO HOY, ME HE ENAMORADO DE TI.

Valencia, 18 de febrero de 2007




3 comentarios:

  1. Vaya prosa tienes Fer, sigue así.
    Saludos

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  2. Menuda marca tio !!!
    Eres un gran cronista de maratones. Muy interesante. Apuntate a otro y nos lo cuentas.
    Saludos.

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  3. Gracias, ojalá pueda correr otra y acabar con esas buenas sensaciones. Saludos

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