miércoles, 15 de noviembre de 2017

SALDADA LA "DEUDA" CON LA BEHOBIA

Con el ofrecimiento, quince días antes de la prueba, de un sitio para dormir por parte de Pepe "Cu" y de un dorsal que me ofreció Manolo Barras, que desgraciadamente no pudo ir por lesión, se presentó ante mí, la oportunidad de debutar en una de las mecas del atletismo popular..la Behobia-San Sebastián.
Así, sin planear ni apenas pensar, como,quizás, habría que hacer más las cosas en esta vida de locos, me vi haciendo, una vez más la maleta y poniendo rumbo al norte de España.
Estaba casi "avergonzado" cuando el nombre de "la Behobia" aparecía en alguna conversación y yo, tenía que reconocer que nunca la había corrido.
Para un tipo que lleva en sus piernas tantísimos kilómetros y carreras , decir que, estos cuatro huesos jamás habían "pateado" los 20 kilómetros más famosos del planeta "runero" patrio, era una mancha enorme en mi "historial".
El sábado por la mañana emprendimos viaje hacia San Sebastián con la familia Cubelos-Pesquer y con Don José María Chéliz, con el que sumaba un viaje más para escuchar sus innumerables "batallas" e historias y que espero seguir compartiendo durante muchísimos años más.
Tras llegar y alojarnos en nuestro acogedor piso de fin de semana en el Barrio de Egia , por cierto, un millón de gracias a Doña Ascen por su infinita generosidad y amabilidad, nos trasladamos a un saturado y agobiante Kursal a recoger el dorsal y la camiseta de la prueba
De ahí, a ver y dar unos últimos ánimos a Vane a su hotel y tras ello al centro a tapear a gusto.
Durante todo el viaje y nuestra, de momento, corta estancia en San Sebastián, el cielo ha estado encapotado y soltando agua de vez en cuando, aunque la temperatura es bastante agradable.
Son más de las once de la noche cuando llegamos al piso y las doce cuando nos acostamos, con la esperanza de que el día siguiente, cuando nos levantemos, por lo menos, no llueva.
A las siete y media suenan los despertadores.
Me levanto, y lo primero que hago es descorrer la cortina de la cocina para ver qué día nos ha amanecido.
El suelo está mojado pero en ese momento no llueve...buena noticia.
Tras el desayuno, comienza lo que para mí va a ser mi "puesta de largo" en los rituales de esta carrera.
Vamos a paso vivo hacia la estación de tren más cercana para coger un lanzadera que nos llevará,a miles de corredores, hasta Irún.
El viaje es de lo más "acogedor"...como sardinas en alta vamos en los vagones deseando llegar cuanto antes al destino para, por lo menos, respirar aire puro y no "contaminado" por esa mezcla de cremas y olores corporales variados.
Una vez en Irún, nos desmontamos y sin perder un instante debemos subir a un autobús que nos acercará hasta Behobia, lugar de la salida.
Todo ello en cuestión de una media hora y sin despistarse uno mucho.
Debo decir que, pese a la ingente cantidad de personas que por allí marchamos vestidos de las maneras más variopintas, la coordinación es total y no hay ningún tipo de aglomeración ni problema en todos los traslados.
Una vez en Behobia, debemos andar un buen trecho hasta que llegamos hacia las zonas de salida, aunque nosotros queremos acercamos hasta el comienzo para ver salir a los élites, que siempre es un buen espectáculo.
Mi salida es a las 10:57 de la mañana, así que, conforme se va acercando el momento, nos dirigimos hacia las diferentes pancartas que van acompañando dichas salidas, cual procesión bajo palio se tratara.
Cuando pasa la "mía", me despojo del chándal y me despido de Pepe, Blanca y José Maria.
El cielo está encapotado, la temperatura no es para nada fría, hace un poquito de viento y a ratos cae ese "chirimiri tradicional" del norte que apenas molesta, así que he optado por correr con tirantes y manguitos.
Consigo situarme en la segunda fila tras la pancarta y poco a poco vamos avanzando hasta llegar bajo el arco de salida.
El ambiente es increíble, una pantalla gigante va sacando imágenes de los grupos que nos acercamos y el speaker no deja de jalear a todos en los momentos previos de la salida.
Antes de llegar al último minuto suena, a todo trapo, la canción "Ecuador" ("himno" tecno de mi juventud) , que hace subir la temperatura ambiente con aplausos.
Llega, por fin, el momento...nos dan la salida, y arrancamos esos mas de dos mil corredores que estamos agrupados en ese cajón.
Comienzo mi primera Behobia-San Sebastián.
Esta forma de dar las salidas por "oleadas" me gusta, ya que permite rodar, por lo menos, los primeros kilómetros, con mucha comodidad y sin los apretujones y peligros que tienen otras carreras.
Desde el primer minuto de carrera ya me puedo hacer una idea de todo lo que me habían contado que iba a ser esta carrera.
Constante presencia de público a un lado y otro de la calzada, animando a todos y cada uno de los corredores...te llames como te llames.....lleves el ritmo que quieras o puedas y seas de donde seas.
A la vera del Bidasoa vamos esos primeros mil metros para adentrarnos ya en las calles de Irún, en las que hay varias subidas sin muchas complicaciones.
En uno de esos repechos (Arretxe) me pongo a la estela de un corredor mucho más alto que yo, buscando que me corte un poco el aire, que en ese momento nos da de cara.
Ahí, siguiendo su estela, vamos saliendo de Irún.
Cuando llegamos a un tramo más llano, me pongo paralelo a él, me mira y me dice un ...."¡hombre, de Barbastro!".
Le correspondo el saludo y le pregunto que de donde es.
Dice que es de Calatayud, y que durante un tiempo estuvo trabajando como policía en Monzón.
De esta curiosa manera comenzamos un "idilio" de muchos kilómetros junto a Dani, que es como se llama mi nuevo compañero de fatigas.
Ya, desde el kilómetro tres hemos empezado a ir adelantando a corredores de otros grupos que nos habían precedido en el tiempo, lo que, nos va a ir complicando un poco mantener ritmos constantes, ya que debemos de ir frenando, acelerando o realizando adelantamientos, a veces, un poco complicados.
Pasando Ventas y en zona descendente llegamos al punto kilométrico número 5, cuyo tiempo lo marco en 21'43" lo que está francamente bien, sabiendo que, a partir de ahora va a venir el primer tramo de seria dureza del recorrido.
Al momento comenzamos el ascenso durante dos kilómetros y medio de Gaintxurizketa.
Me habían hablado de la dureza de este tramo, pero la verdad es que con la cantidad de público que hay y los gritos de ánimo que dan se hace muchísimo más llevadero y se me pasa volando.
Eso sí, los ritmos medios se han ido a 4'46" y 4'58" esos dos kilómetros más complicados.
Tras coronar nos lanzamos hacia abajo durante tres kilómetros hasta el centro comercial de Lintzirin donde está el punto intermedio de la carrera.
En plena bajada, me dice mi compañero..."ahora tiene que estar el pirata".
Yo, la verdad es que no entiendo nada de lo que me dice hasta que veo a lo lejos una bandera negra con las tibias y la calavera ondeada por un tipo que nos anima a los acordes de la música Heavy que sale de los altavoces que ha colocado en su vehículo.
Es tal la "tradición" de este hombre que en muchos de los planos de la carrera ya sale destacado como punto de animación....alucinante.
Kilómetro diez....44'23"
Nos sale un poquito más lento que los primeros cinco mil... normal tras subir Gaintxurizketa, pero estamos rodando bien para bajar de los 90' que es lo que ambos llevamos en mente.
Estamos pasando por el centro de Rentería con muchísimo público que se agolpa a ambos lados y que no deja de animar a tod@s l@s corredor@s.
Escucho mi nombre "adoptado" para esta carrera muchísimas veces y la verdad es que, aunque me resulta chocante y por momentos gracioso, con el paso de los kilómetros me he ido acostumbrando y asimilando que esos "¡aúpa Manuel!" van dirigidos a mí.
Saliendo de Rentería, llega otro de los repechos duros de la prueba...la subida a Capuchinos que "quema" las piernas en ese casi kilómetro de ascenso y que nos lleva, cuando coronamos, hasta el kilómetro 13 de la carrera.
En esa subida le digo a Dani que tire para adelante porque me está costando aguantarle el ritmo.
Me dice que no, me intento "enganchar" a él pero en el inicio del descenso me quedo un poquito.
Descendemos hacia Pasajes, donde nos encontramos un terreno bastante irregular con repechos y bajadas que van rompiendo el ritmo.
Paso por el kilómetro 15, tras pasar el alto de Buenavista con un tiempo de 1h 06' 22".
21'59" este último 5000....no está mal el poder mantener estos ritmos a pesar de los continuos "sube-bajas" que hay.
En un avituallamiento, vuelvo a conectar con Dani, merced a que él, para a coger el vaso de agua y yo no, de otra manera habría sido imposible poder recuperarle terreno.
Juntos, de nuevo, proseguimos la carrera.
Estamos llegando al kilómetro 16, a la base de otra de las subidas míticas y duras de esta prueba...el alto de Miracruz.
En cuanto aquello empieza a empinarse me vuelvo a quedar, y esta vez, creo que será la definitiva.
Me sitúo en el lado derecho de la calzada, buscando el resguardo, el ánimo y el calor del público para poder ir ganando metros y coronar cuanto antes.
Quizás si dijera, que ese ambiente y ese griterío me recuerda al de una etapa de montaña del Tour de Francia, sería exagerar mucho, pero a mí me lo está pareciendo y, de hecho, lo estoy sintiendo como si así fuera.
Llego ya arriba...es el kilómetro 17 y me ha costado 4'51" pasar esos últimos mil metros....
Al momento comienza el descenso hacia el Barrio del Gros....las piernas toman otro brío.
El saber que lo más duro ha pasado, que sólo quedan tres mil metros para meta y el deseo de llegar a ese Boulevard donostiarra atestado de público hacen que ese kilómetro siguiente lo haga en unos estratosféricos, obviamente para mí, 4'13".
Estamos ya por las calles de San Sebastián, y el ambiente se ha multiplicado por todas partes.
Llegando a la Avenida de Navarra, la carretera vuelve a empinarse ligeramente sobre esos primeros metros, pero ahora ,ya se ve al fondo el mar y sé que en cuanto gire a la izquierda ya estaré en pleno Boulevar para encarar los últimos metros de mi primera Behobia.
Durante toda la carrera he podido ir adelantando con comodidad a muchísimos corredores que habían salido en cajones anteriores, pero me da a mi, que en esta última recta va a ser harto complicado.
Giro a la izquierda y ya, junto a la Playa de Zurriola, encaro los últimos metros.
Pasamos por el Kursall y su puente,y ya...a lo lejos, se dejan ver los primeros arcos que preceden al definitivo.
Intento aumentar el ritmo, aunque varias veces he de frenar y volver a arrancar para no "comerme" a otr@s corredor@s, e incluso a uno, le tengo que increpar por que iba haciendo el "gilipollas" con una "banderita"...(mejor no entro a valorar cosas que dejan mucho que desear en una prueba deportiva).
Entre cientos de corredores, cruzo la meta de mi primera Behobia-San Sebastián con un tiempo de 1h 29'00".
Allí veo con sorpresa y alegría a mi compañero de carrera, el bilbilitano Dani, que ha llegado un poquito antes y que ha tenido el detallazo de esperarme para darnos un abrazo...ojalá coincidamos en otra de estas...fue un placer.
Partí de Behobia a las 10:57 de la mañana saliendo en el puesto 10973, y llegué a meta a las 12:26, finalizando ,en el cómputo general ,en el puesto 3052 de casi 30000 corredores.
Siento una gran satisfacción personal por la marca y la carrera hecha y sobretodo....me siento en paz conmigo mismo por haber cumplido, por fin,en una de las grandes clásicas del atletismo popular español y mundial.
De hecho , cuando me cuelgan la medalla la beso como si se tratara la de una maratón.
Tras el reagrupamiento con todos los compañeros de expedición, llegó otro de los momentos casi "sagrados" de los corredores de esta prueba... comer en una sidrería.
La Sidrería Rezola de Astigarraga fue la elegida para ponernos hasta "arriba" de comer y beber (con moderación) y, sobretodo, brindar por lo conseguido y por los planes de futuro que siempre, en este tipo de comidas, surgen.....aunque a veces resulten sueños inalcanzables.
Behobia ya calló...¿repetir?...todo se verá...al tiempo, como todo.
Y quiero cerrar esta "chapita" haciendo un guiño a una persona que ese fin de semana nos dejó en este mundo carnal pero al que siempre recordaremos por hacernos reír, a veces, con tan sólo levantarse de una silla....
"¡Hasta luego Lucas!".....Gregorio Sánchez "Chiquito de la Calzada"....¡Gracias!










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